Siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo. Pero la verdad es que no sé como decirlo... quizá porque solo me dedico a sentirlo, no sé.
El problema es que conjugarme nunca ha sido fácil, y en este caso, se me dan fatal las ecuaciones, pero creo que el fallo está en los pequeños detalles... si te hubieras fijado en el cajón de mi escritorio, entenderías todas aquellas cosas que quedaron por decir. Hasta puede que si cogieras mi reproductor de música, entendieras la banda sonora de mi vida.
Y es que… por muchas noches en blanco que una dedique a pensar en su biografía sentimental, lamentablemente, encontrará pocas soluciones. Porque uno es como es, y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien. Es casi, un combate perdido de antemano.
Aunque creo que ya lo tengo, que lo he encontrado.
Yo no sabía querer y tú querías siempre demasiado.
